Los árboles cerraban el camino que seguía por delante. Hacia tiempo que solo veía árboles y plantas a mi alrededor sin poder ver nada, ni sol, ni estrellas, ni luna, ni un Mc Donald's. Con un mellado machete iba talando esa densa maleza que me entorpecía el camino para tratar de avanzar.
Sorpresa la mía cuando descubro que al otro lado de unos árboles se oye una cascada. Con decisión y machete en mano me abro camino hacia la sonora fuente que me espera. Más sorprendido aún, véase extasiado, me quedo al comprobar la certeza de mi suposición.
Mas la sorpresa se incremento pasando a quedar perplejo al reconocer ahí la catarata de la que partí. Entonces descubrí que me extravié al reconocer lo que ya había pasado.
jueves, 1 de septiembre de 2011
miércoles, 29 de junio de 2011
¿Hacia dónde?
La gente caminaba como una masa que se dispersa en distintas direcciones. Parecía como si todos caminasen hacia un destino, pero dejándose llevar por esos movimientos que se producían al expandirse y contraerse esa masa viscosa y grisácea que formaban.
Los rostros carecían de expresión y sentimiento, parecían sacos de arena llenos cuyo esparto, que contenía esa arena, adoptase los rasgos de un rostro humano pero sin llegar a formarse del todo. Simplemente se dejaban intuir las formas de lo que antaño pudo llegar a ser el rostro de una persona ahora vacío e inexpresivo.
En tonos grises y casi uniformados pasaban todos de manera desordenada y caótica pero en un tranquilidad que asustaba. Los silenciosos transeúntes no dejaban más muestra de su materialidad que el callado roce que se producía entre las gruesas y frías ropas que vestían.
Bajo la mera vigilancia de los enormes y magníficos edificios que encauzaban esa masa grisácea, que formaba el tránsito de de esos entes semejantes a ti y a mi, se expandía y contraía ocupando y vaciando todo espacio libre que pudiese haber. En lo alto de esa tétrica estampa se observaba como unas grises nubes coloreaban el cielo tiñendo el aire de una triste luz.
Un ente se recorta entre esos grises seres sosteniendo en sus manos un cartel que cuelga de sus hombros. "Síguele". Esa única palabra sonaba con fuerza en el extraño cartel de la sombría figura, y tal y como apareció se desvaneció entre siluetas como si de un espejismo se tratara.
En su lugar un punto verde apareció entre la multitud como si de una juguetona hada se tratara.
miércoles, 8 de junio de 2011
De vez en cuando
A veces me gustaría saber que todo lo que quiero algún día lo conseguiré.
A veces me gustaría saber que todo lo que deseo algún día se cumplirá.
A veces me gustaría saber que es lo que tengo que hacer.
A veces me gustaría saber que todo lo que deseo algún día se cumplirá.
A veces me gustaría saber que es lo que tengo que hacer.
viernes, 29 de abril de 2011
De botellas
Siempre pensé que en esta sociedad reina el pesimismo, que las cosas nunca se ven de manera bonita. Cuando uno no puede salir de marcha por tener que estudiar se lo toma a mal, en vez de buscar un motivo positivo para afrontar los problemas.
Como ejemplo os cito la frase textual de un joven de 21 años que me dijo esta Semana Santa: "La vida es como una botella por la mitad. Y para mí está medio vacía porque no dejamos de beber de ella"
Sinceramente, no puedo compartir esa opinión. Si que la entiendo y sé que muchas veces se siente así, pero a la mañana siguiente de oír esa frase yo encontré una reflexión que rompe esa botella vacía.
"La vida es como una botella que vamos llenando de nuestros recuerdos, nuestras vivencias y nuestros sentimientos. Es una botella que está medio llena ya que no dejarás de llenarla hasta tu último aliento. Así que si el día que descorches esa botella deseas que sea algo rico, no dejes de llenarla de cosas bonitas."
Como ejemplo os cito la frase textual de un joven de 21 años que me dijo esta Semana Santa: "La vida es como una botella por la mitad. Y para mí está medio vacía porque no dejamos de beber de ella"
Sinceramente, no puedo compartir esa opinión. Si que la entiendo y sé que muchas veces se siente así, pero a la mañana siguiente de oír esa frase yo encontré una reflexión que rompe esa botella vacía.
"La vida es como una botella que vamos llenando de nuestros recuerdos, nuestras vivencias y nuestros sentimientos. Es una botella que está medio llena ya que no dejarás de llenarla hasta tu último aliento. Así que si el día que descorches esa botella deseas que sea algo rico, no dejes de llenarla de cosas bonitas."
lunes, 21 de marzo de 2011
Aire

Respira. Hazlo lenta y tranquilamente, sin prisas. Primero inspiras, luego espiras. Una vez más, inspiras, espiras... ¿Agradable?
Un instante, solo se tarda un mero instante en respirar, pero estás tan ocupado que te olvidaste de respirar. La compra, la comida, el bus, el móvil, el mp3, las clases, el trabajo, el coche, la ducha, la corbata, la lavadora... Y mil y una cosas más que podría citar. Estamos tan pendientes de todo que no estamos pendientes de nada.
¿Cuantas veces por querer llegar a la hora a una reunión, cita, clase, comida, película, nos estresamos e intentamos coger todo a toda velocidad tratando de controlarlo todo?
Me gusta pararme quieto, dejar de pensar, y simplemente disfrutar. Disfrutar del calor que te da el sol cuando estás tumbado en el césped después de comer. Disfrutar de una cerveza cuando estás tranquilamente con tus amigos charlando en la cafetería. Disfrutar de la música cuando estás tirado en la silla delante del ordenador. Disfrutar de cada respiración.
Definimos la vida con la respiración, pero no respiramos... Estamos abrumados con todo lo que nos rodea, que no nos detenemos a, simple y llanamente, respirar.
Si queréis saber de que hablo tumbaos en la cama o tiraos en la silla de manera cómoda. Dejad de pensar en todo eso que os preocupa por 1 minuto. Ahora simplemente concentraos en disfrutar de como vuestro cuerpo se hincha y deshincha con cada respiración. ¿Qué tal sienta?
domingo, 30 de enero de 2011
¡PUM!
Sonará cruel y todo lo que vosotros creáis, pero, la vida, tal y como la entendemos, no es más que una burbuja que nos alberga en su interior.
¿Nunca os pasa que crees que las cosas son de una manera y luego no? Ahí estalla la burbuja.
Las hay que estallan muy disimuladamente, como si se disolviesen en el aire, como la primera que pruebas la regaliz negra pensando que es igual o más dulce que la roja. Como cuando descubres que la película no es tan buena como pensabas. Esas burbujas están siempre, en todos lados y todos los lugares, todos las tenemos, son las que hacemos desde pequeños con ingenuidad.
El problema de esa burbuja crece según vas creciendo y tu ingenuidad crece o disminuye. La famosa burbuja de los Reyes Magos y el Ratoncito Pérez. ¡Qué buenos años encomendando mi felicidad a esos seres! Pero siempre tiene que llegar una altura a la que burbuja rompa, y seguro que en mayor o menor medida todos os acordáis de cuando erais pequeños y salíais todos corriendo por las mañanas al salón.
El problema viene de esas burbujas que nos ponemos para tratar de protegernos. Es sorprendente cuantas veces caemos en la misma trampa. Estás burbujas que nos sirven para ocultarnos de los problemas de familia, del trabajo, de pareja, de dinero, de personalidad, son las peores, y las que más utilizamos. Esta burbuja es la que más daño hace al estallar. Esta burbuja es la que nos hacemos nosotros mismos por culpa de nuestra naturaleza ingenua e infantil de la cual nunca podremos librarnos.
Todas estas burbujas estallan, si no hacen, ya lo hicieron, y si tampoco, entonces lo harán, así que simplemente preparaos para oír el: ¡PUM! y ver la realidad por un tiempo, porque a pesar de esto, volveréis a crear vuestra propia burbuja, y volverá a estallar, y volveréis a haceros daño.
Ahora, os toca crearos vuestras burbujas.
sábado, 8 de enero de 2011
Sueños
Todos en nuestra vida tenemos distintos sueños. Algunos son realistas, como soñar con conseguir un buen trabajo, otros son imposibles, cual niño que sueña con encontrar y domesticar un unicornio.
Me hace gracia el simple hecho de pensar que siempre nos guiamos por sueños, ya sean para bien o para mal. ¿Cuántas veces soñamos con encontrar a la vuelta de la esquina al amor de nuestra vida? ¿Quién no ha soñado con ganar la lotería y dar la vuelta al mundo? ¿Cuántos niños sueñan con la magia?
Resulta triste el pensar que cuanto más crecemos, más nos olvidamos de soñar. En esta sociedad en la que vivimos pocos son aquellos que se escapan del prototipo de persona de éxito y se dedica a soñar de verdad. Pocos y necios son los sueños que nos inculca la sociedad de hoy en día. Sueño con conseguir un buen trabajo, sueño con ganar mucho dinero, tener una mujer que sea la envidia de mis amigos, tener el mejor coche del mercado y una casa que valga más que lo que pueda ganar en mi vida trabajando. Resulta triste.
Aún recuerdo aquellos años como niño cuando soñaba con ser un gran caballero, que busca ayudar a aquellos que lo necesiten con una gran muestra de valentía y honor. Que sueños aquellos... Esos si que son sueños. ¿Por qué olvidarlos atrás? Soñemos como cuando éramos niños. Soñemos con poder dar la vuelta al mundo y descubrir todas la maravillas que podamos imaginar. Soñemos con que somos capaces de hacer magia y curar a aquel que ve la luz de la muerte. Soñemos que con un simple lápiz somos capaces de crear un hogar para persona en el mundo o que con pulsar una tecla se puede dar calor a todo el que lo necesite. Soñemos que somos capaces de hacer todo lo que soñemos.
Soñemos con que crear un mundo de sueños donde todos podemos hacer lo que queramos con sueños. Esos sueños que nos hacen despertar con una sonrisa que no se borra durante el día y que nos hacen seguir adelante. Utilicemos y recuperemos nuestros sueños, porque como dijo hace siglos un gran escritor inglés, William Shakespeare:
"Estamos hechos de la misma materia que los sueños"
Me hace gracia el simple hecho de pensar que siempre nos guiamos por sueños, ya sean para bien o para mal. ¿Cuántas veces soñamos con encontrar a la vuelta de la esquina al amor de nuestra vida? ¿Quién no ha soñado con ganar la lotería y dar la vuelta al mundo? ¿Cuántos niños sueñan con la magia?
Resulta triste el pensar que cuanto más crecemos, más nos olvidamos de soñar. En esta sociedad en la que vivimos pocos son aquellos que se escapan del prototipo de persona de éxito y se dedica a soñar de verdad. Pocos y necios son los sueños que nos inculca la sociedad de hoy en día. Sueño con conseguir un buen trabajo, sueño con ganar mucho dinero, tener una mujer que sea la envidia de mis amigos, tener el mejor coche del mercado y una casa que valga más que lo que pueda ganar en mi vida trabajando. Resulta triste.
Aún recuerdo aquellos años como niño cuando soñaba con ser un gran caballero, que busca ayudar a aquellos que lo necesiten con una gran muestra de valentía y honor. Que sueños aquellos... Esos si que son sueños. ¿Por qué olvidarlos atrás? Soñemos como cuando éramos niños. Soñemos con poder dar la vuelta al mundo y descubrir todas la maravillas que podamos imaginar. Soñemos con que somos capaces de hacer magia y curar a aquel que ve la luz de la muerte. Soñemos que con un simple lápiz somos capaces de crear un hogar para persona en el mundo o que con pulsar una tecla se puede dar calor a todo el que lo necesite. Soñemos que somos capaces de hacer todo lo que soñemos.
Soñemos con que crear un mundo de sueños donde todos podemos hacer lo que queramos con sueños. Esos sueños que nos hacen despertar con una sonrisa que no se borra durante el día y que nos hacen seguir adelante. Utilicemos y recuperemos nuestros sueños, porque como dijo hace siglos un gran escritor inglés, William Shakespeare:
"Estamos hechos de la misma materia que los sueños"
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